Existen cinco elementos puntuales, sirven para clasificar e identificar a las diferentes las familias tipográficas: - La presencia o ausencia del serif o remate.
- La forma del serif.
- La relación curva o recta entre bastones y serifs.
- La uniformidad o variabilidad del grosor del trazo.
- La dirección del eje de engrosamiento.
Con ello se pueden clasificar en dos tipos:
Tipografías con serif: Éstas pueden incluir adornos en sus extremos o no, los adornos van en sus terminaciones y se les denominan serif o serifas.
Tipografías sans serif o de palo seco: Esta tipografía no contiene adornos, es llamada comunmente como sanserif, como su nombre lo dice, no tienen serifa.
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